El síndrome de la Cabaña: El confinamiento prolongado de personas sanas nos enferma.

El confinamiento total es contraproducente y se ha tenido que hacer al  carecer de medidas preventivas.

Observando los diferentes países del mundo y sus remedios contra el Covid19, observamos lo siguiente:

1.- España,  Italia y Wuhan tuvieron confinamiento total y alcanzaron el máximo de fallecimientos del mundo por millón de habitantes. Si bien nos dicen que en China ha habido 3.500 fallecidos, la realidad parece ser otra: 100.000 fallecidos (Yuan Lee) en la provincia de Wuhan, Hubei . El encierro en lugares pequeños con todos los miembros de la familia contagiándose, en los hospitales o en las residencias de ancianos, careciendo de suficiente ventilación con corrientes de aire, han dado un alto porcentaje de contagios y fallecidos, en España más de 25.000 muertos, según el MoMo unos 45.000 fallecidos.

2.- Las naciones europeas que han copiado a otros países cercanos a China, como Corea del Sur, Singapur, Taiwan,  Hong Kong o Japón, han tenido muy pocos fallecidos, solo confinándose en casa las personas enfermas, no los sanos, y saliendo y haciendo vida normal en el trabajo, con mascarillas y manteniendo la distancia social.

3.- Según los médicos coreanos que han analizado el virus, éste no tiene vida propia, sino que parasita una célula, dado que un virus está constituido por una cadena genética de proteínas, posiblemente alguna mutada, alterada o modificada en laboratorio o espontáneamente, lo que hace que sea más contagioso, pero no tan letal como el VIH o el Ebola.

4.- El Covid19 solo vive en las gotículas de saliva, y éstas se eliminan con las corrientes de aire , por ello hay que ventilar las casas y los centros de trabajo, pues pueden permanecer en la atmósfera estancada sin ventilación, durante horas. No al aire libre.

6.- El virus solo penetra en nuestro cuerpo por las mucosas de ojos, nariz y boca, por tanto llevando gafas y mascarilla si vamos a estar hablando con personas enfermas, sería una buena manera de protegernos y protegerles por si acaso, así como no tocarnos la boca, la nariz o los ojos con las manos, o los guantes, es lo mismo.

7.- El virus no está en el mar, en la arena, en los árboles, en el campo, en las calles. Manteniendo un adecuado distanciamiento social al hablar por si acaso, no hay ningún problema. Hay algunos virólogos que opinan que los contagiados no contagian el virus, sino en todo caso contagian inmunidad, dado que han sido contagiados y han vencido al virus. Por ello los que se tienen que quedar en casa son los enfermos, con síntomas, no los sanos, y si se encuentran muy mal, acudir al hospital.

8.- En España el 90% de personas fallecidas eran mayores de 65 años. ¿Por qué ataca con tanta vehemencia a las personas mayores y sobre todo a las que viven juntas  en las Residencias?. Quizás es porque han sido vacunadas durante años y esas vacunas al contacto con un virus más fuerte ejerce una inflamación muy agresiva en los propios órganos?. No se sabe, habrá que investigar esta posible correlación. Lo que sí ha descubierto un estudio matemático es que hay una correlación entre las ciudades con mayor contaminación y las ciudades con más alta mortandad de sus ciudadanos:

En Inglaterra se anima a la gente a salir al campo, a los parques, pero éstos están prácticamente vacíos, apenas se ve una o dos personas, porque la gente tiene miedo a salir, tanta es la información y desinformación que nos han pasado por TV. En Portugal solo se animaba al confinamiento a las personas enfermas y los que fueran de riesgo, copiando a los países asiáticos, a excepción de China. En la Rep. Checa, Hungría, Austria, lo mismo. Todos son países con menos fallecidos que nosotros por millón de habitantes. El caso de Suecia que no han tomado ninguna medida ante la pandemia, sino que han seguido haciendo vida normal, y han alcanzado 1.500 muertos. ¿Qué hemos hecho mal?. En mi opinión: un confinamiento total de personas sanas y enfermas.


El confinamiento total como hemos visto es  contraproducente para la salud del cuerpo y de la mente. No desarrollamos anticuerpos, inmunidad, dado que estamos diariamente en el mismo espacio, limpiándolo, higienizándolo de forma casi  compulsiva, lo que hace que no convivamos con virus y bacterias, y por tanto no creamos defensas, inmunidad, y nos volvemos inmunodeprimidos. Precisamente lo que hacen las vacunas es insertarnos virus en sangre para que nuestro cuerpo haga una reacción frente a esos virus y cree anticuerpos. Así que con el confinamiento estamos haciendo lo contrario que hace una vacuna: volvernos inmunodeprimidos y no crear anticuerpos. De manera que al próximo virus, nos atacará con fuerza. Igual que en mi opinión también ataca a las personas muy vacunadas,  con demasiados virus. Los extremos no son buenos. En cuanto al confinamiento se deben quedar en  casa los enfermos con fiebre, es normal, igual que las personas con pocas defensas por enfermedades crónicas, si así lo consideran.  

Se habla ahora del Síndrome de la Cabaña. Es un término norteamericano de primeros del siglo pasado “Cabin fever”, propio de los colonos que vivían en el campo con muy bajas temperaturas y se quedaban aislados durante meses. Consiste en el miedo  a salir de casa, pues nos hemos acostumbrado a estar en casa sin salir a la calle nada más que para lo imprescindible, sin hablar con nadie, pues cualquier persona puede ser nuestro posible contagio.  Este síndrome es un estado de ánimo normal después de los mas de  50 días de confinamiento, de arresto domiciliario en el que hemos estado sin poder visitar ni siquiera a familiares o amigos por miedo al contagio. A algunas personas les costará más salir de casa, otras padecerán más o menos tiempo este síndrome y otras estaban deseando salir, de manera que ahora ya pueden disfrutar de dar paseos o correr. Cuanto antes salgamos de casa será mejor para nuestro cuerpo (entumecimiento, sedentarismo, insomnio) y nuestra psique (negatividad, miedo, ansiedad), veremos el buen clima que hace, la limpieza del aire y veremos que fuera de casa no hay ningún enemigo. El coronavirus ha estado atacando a personas mayores, con toda seguridad con múltiples vacunas anuales de la gripe estacional o con patologías previas. La mayoría habremos estado contagiados, y apenas habremos tenido síntomas, porque nuestro sistema inmunitario es fuerte. Y eso es lo que hay que hacer: fortalecer nuestro sistema inmunitario con el sol, paseos, ejercicio, baños de mar, salidas a la naturaleza, al campo, a la playa y sobre todo comer y dormir bien. Tener buenos pensamientos positivos, y no creer la pesimista futurología que nos presenten políticos o economistas, pues el futuro nadie lo conoce. A lo mejor la economía se recupera con mucha fuerza, después de haber estado parada durante casi dos meses. Nadie conoce el futuro, y seguro que será mejor que el pasado que dejamos atrás. El miedo es un factor muy destructivo, pues generamos hormonas que destruyen nuestras defensas, como el cortisol. Sin embargo con un buen estado de ánimo, positivo, y agradeciendo este impasse que hemos tenido para replantear nuestra vida y comenzar de nuevo, dando más importancia a lo esencial y obviando lo intrascendente, seguramente que nos ayudará a estar mejor.  

El confinamiento total o arresto domiciliario de toda la población, los sanos y los enfermos, durante más de 50 días, realiza el resultado opuesto al que hacen las vacunas: aumentar la inmunidad y nuestras defensas.  Ha sido una medida precipitada al no haber tomado antes medidas adecuadas, como cerrar las fronteras con China e Italia en Febrero, proveernos de mascarillas y seguir haciendo vida normal, como la han hecho otros países y no han alcanzado tantísimos muertos. Posiblemente los virus vuelvan a aparecer con más fuerza, dado que mutan cada año, pero espero que todos aprendamos en primer lugar a no tener miedo, siempre que sepamos protegernos a nivel individual y como población.  El miedo nos sobra, pues está en nuestra mente, no en la realidad. Habrá situaciones más o menos agradables, más o menos tristes, pero el miedo no nos ayuda a afrontarlas, al contrario, nos bloquea y hace que percibamos una realidad deformada, esperpéntica, cuando no es así.

Angeles Morán Tamarit

Psicóloga CV-03179

PSICOLOGIA INTEGRAL

Valencia

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