Consecuencias psicológicas del confinamiento total

CONSECUENCIAS PSICOLOGICAS DEL CONFINAMIENTO TOTAL POR EL COVID19:

El confinamiento total es en mi opinión contraproducente para la salud del cuerpo y de la mente. Que se queden en casa los enfermos con fiebre, es normal, igual que las personas con pocas defensas por enfermedades crónicas. En las residencias de ancianos y en los hospitales donde han fallecido tantas personas, se abre una amplia investigación con el tema de las vacunas , como aumentar la inmunidad y la protección ante la carga viral de los espacios poco ventilados. Temas que corresponden más a los médicos, virólogos, inmunólogos.


Mención aparte merece el miedo que nos han inyectado desde las TVs para que nos quedemos en casa, como si el virus lo estuvieran gaseando en la atmósfera, cual bombas del enemigo. Nos dicen de limpiar con lejía las suelas de los zapatos, como si fuéramos a meternos en la boca la suela del zapato o tocarla con la mano. También nos dicen que permanece x horas en el papel, en el cartón, en la madera, en el metal, en el plástico. Que no toquemos los botones del ascensor, de los timbres. Nos están volviendo locos con informaciones que no son correctas y solo sirven para generar pánico. 

Simplemente teniendo una buena higiene de manos cuando vengamos de la calle,  vayamos a comer o después de ir al baño, es suficiente. Lavarnos las manos con agua y jabón. Si vamos a sitios públicos cerrados, usar mascarilla, para que alguien contagiado asintómático nos contagie, o no contagiar nosotros. Pero no debemos estar más tiempo confinados. En primer lugar las personas con problemas de movilidad que el médico recomienda andar todos los días una hora, respirar aire puro y hacer ejercicios pulmonares los asmáticos en el campo o en la playa, andar o correr, es necesario para mantener en buen estado el cuerpo y el alma. No digamos de los niños y adolescentes, que necesitan correr, hacer deporte, andar, jugar al aire libre.

Las depresiones y demás trastornos psicológicos se acentúan con el miedo y el aislamiento, sobre todo en las personas que viven solas, y que no pueden salir de casa.

Si además contamos con que muchos vecinos son nuestros espías y nos controlan si salimos, las veces que salimos, y para qué salimos, tenemos el marco perfecto para una paranoia individual o colectiva, típica de los regímenes de terror. Así las consecuencias psicológicas del Estado de Alarma prolongado con confinamiento total, tal y como se está llevando en España, y como se ha visto con el altísimo número de muertos, el primer país en número de fallecidos, está claro que hemos de cambiar el sistema. Si un método no da buenos resultados, no sigamos haciendo lo mismo, porque conseguiremos más de lo mismo.

La incertidumbre que provoca este confinamiento, que no sabíamos cuando podríamos salir a trabajar, a relacionarnos, a dar paseos por el campo, a viajar, está haciendo que vivamos a nivel colectivo la peor pesadilla de la historia de nuestros días.  Y cuando una paranoia se hace colectiva, su fuerza es inmensa, acapara nuestra atención, nos obsesiona, nos deprime y nos crea tanta tensión que hay personas que no pueden conciliar el sueño. Son personas a las que se les recomienda que no vean la TV en especial los programas informativos, porque les van a hacer sentir peor.

Es recomendable ahondar en el propio mundo interior, cada uno dedicarse a aquellas cosas que puede manejar, que hace bien, y unos minutos al día procurar un silencio mental. Lo llamemos meditación, oración, ensimismamiento, o simplemente lo que comúnmente se llama dejar la mente en blanco, que no es posible, pero sí es posible observar en silencio nuestros pensamientos, como si observáramos la corriente incesante de un río. Esta práctica de meditación unos minutos al día la están realizando en muchos hospitales del mundo, también en Valencia. Y esta higiene mental, es similar a la higiene de lavarnos las manos, se trata de lavar nuestra mente, limpiarla de pensamientos negativos de miedo, rechazo, odio. Hay muchas técnicas. Yo propongo la de observar en silencio con los ojos cerrados al sol que nos ilumina y nos da la vida. Visualizando ese sol que sigue ahí dando su calor, su luz y su vida a todos los que vivimos en ese planeta, que abraza con sus rayos a buenos y malos, dignos e indignos, víctimas y asesinos. Ese sol es similar al Amor, que nos rodea por fuera y por dentro, pues nuestras células y órganos son similares a los cuerpos celestes. Centrándonos en ese Amor que es eterno, nos sentimos seguros, fortalecidos, amados y con fuerza para dar lo mejor de nosotros mismos.

La desescalada que se nos propone a todos los países para salir de este encierro, imprime un poco de luz y alivio a todos. Aprovechemos pues los pocos días que nos quedan para retomar nuestra vida normal, en la medida de lo posible, o bien reinventarnos.  

Angeles Morán Tamarit

Psicóloga CV-03179

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